Para aquellos padres que quieren diseñar y decorar el dormitorio del niño sin que se vea muy llamativo, pero a su vez brindarle un espacio acogedor y bello, esta es una gran idea.
Es un dormitorio no muy amplio, pero si muy luminoso, primero porque tiene ventanas que permiten la entrada de luz, y segundo porque las paredes han sido pintadas de un color celeste pastel, lo cual hace que reflejen más luz.
En un rincón del cuarto se aprovechó el espacio para convertirlo en lugar de lectura, donde se colocaron dos estantes para colocar sus libritos y cuentos, y debajo un pequeño pero práctico escritorio.
El elemento a destacar de esta habitación es la cama de madera, que parece ser antigua debido al efecto de la pintura.
Ese detalle convierte al dormitorio en un lugar clásico, cálido y encantador.